Autherapies | Evidence-based therapies

Formación en habilidades sociales

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Las habilidades sociales abarcan diversas dimensiones de la cognición, la emoción y el comportamiento, y constituyen la base de las interacciones interpersonales significativas. El entrenamiento en habilidades sociales está diseñado para mejorar capacidades como la resolución de problemas, la regulación emocional y la comunicación verbal y no verbal. Este tipo de entrenamiento suele impartirse mediante ejercicios, tareas y actividades estructuradas en entornos individuales o de grupo, y está guiado por un profesional sanitario. Cuando es factible, también puede aplicarse de forma autodirigida por la persona con el apoyo de cuidadores o familiares que hayan recibido la formación y orientación adecuadas. El objetivo es proporcionar oportunidades naturales y cotidianas para practicar y generalizar estas habilidades, mejorando así la competencia social general y la calidad de vida.

Una evaluación exhaustiva de las conductas que suponen un reto es esencial para adaptar las intervenciones de forma eficaz. Dicha evaluación debe hacer pleno uso de la documentación existente sobre el funcionamiento personal, educativo, ocupacional, social y comunicativo, y también debe evaluar las afecciones coexistentes como la depresión, la ansiedad, el TDAH, el TOC, los retrasos globales o las discapacidades intelectuales, especialmente en adultos con autismo. Además, la evaluación debe tener en cuenta las capacidades de comunicación expresiva y receptiva de la persona, los problemas de salud física y mental (incluidos los efectos y efectos secundarios de la medicación) y los antecedentes de desarrollo (incluidos los problemas de neurodesarrollo y la gravedad del autismo). También debe examinarse la respuesta a intervenciones previas para conductas desafiantes, así como el impacto de estas conductas en la calidad de vida del individuo, sus habilidades para la vida independiente, su rendimiento educativo y ocupacional, y sus relaciones sociales. Factores como las influencias culturales, la historia vital (incluidos los traumas o abusos), los cambios recientes en la rutina, las preferencias sensoriales y el entorno físico y asistencial (por ejemplo, la iluminación, el ruido, las actividades disponibles) son fundamentales para comprender el contexto en el que se producen estas conductas.

Al integrar evaluaciones exhaustivas con formación específica en habilidades sociales, padres y profesionales pueden crear planes de intervención individualizados que aborden tanto los comportamientos observables como los factores subyacentes que contribuyen a ellos. Este enfoque holístico no sólo mejora la comunicación y el compromiso social, sino que también garantiza que se tengan en cuenta las variables ambientales y personales, fomentando mejoras más eficaces y duraderas en el funcionamiento diario.

Referencias

Package of interventions for Rehabilitation. Module 5 Neurodevelopmental disorder. World Health Organization 2023

Enlaces

https://www.who.int/publications/i/item/9789240071193


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