Terapias de conducta

Los problemas de comportamiento ("comportamientos desafiantes", "problemáticos" o "inapropiados", o "síntomas conductuales y psicológicos") comprenden, por ejemplo, agitación, agresión, falta de atención o sobreactividad. Los problemas de comportamiento pueden ser causados o desencadenados por factores biológicos (por ejemplo, dolor), sociales (por ejemplo, aburrimiento, insensibilidad de los demás), ambientales (por ejemplo, ruido y luz) o psicológicos (por ejemplo, problemas emocionales), y pueden poner en peligro la seguridad física de la persona o de otros, o limitar las interacciones interpersonales o impedir el acceso a las instalaciones comunitarias. Las intervenciones conductuales se adaptan a las necesidades del individuo y tienen como objetivo reducir la intensidad, la frecuencia y la duración del comportamiento problemático, o reemplazar el comportamiento problemático por comportamientos adecuados, a través de la provisión de entrenamiento en habilidades, utilizando estrategias de refuerzo positivo o negativo, o modificando el entorno social o físico para reducir los desencadenantes externos. Las intervenciones conductuales pueden involucrar a los cuidadores y miembros de la familia.